Las armaduras de samurái se componen por dos tipos de materiales básicos: los de protección y los flexibles. Los primeros los componen materiales como el metal, hierro o el acero lacado; los segundos son principalmente seda, cáñamo, algodón y cuero. Aunque éstos últimos se deterioran más rápidamente, sirven para facilitar el movimiento.
Una vez acabada la armadura se empapaba el tejido liso con jugo de caqui para impermeabilizar la zona.
Los materiales textiles pueden presentarse de muchas formas gracias a su maleabilidad. Las telas podían estar tejidas o trenzadas y podían proporcionar protección, con materiales como el cuero, o comodidad con el acolchado que presentan el interior de las armaduras metálicas. Al poderse teñir, constituían un símbolo de distinción de rango y posición social. Cuanto más ostentoso el diseño y más caros los tintes, mayor rango social.
Algunos de los elementos más comunes que podemos distinguir en las armaduras de samuráis localizadas en occidente son:
- Kabuto. el casco usado antes de que apareciera la figura oficial de samurái. Generalmente de hierro y forrado por dentro con tejido acolchado.
- Mempo. Malla encargada de proteger la nuca y los costados de la cara. Normalmente hecha con una combinación de acero y cuero. Se podía unir al kabuto y tenía diversas formas y aspectos principalmente para asustar al oponente.
- Hachigane. Pañuelo con una placa de metal que se anudaba a la frente para proteger y para atacar.
- Do. La coraza, el elemento más grande de la armadura. Al ser un elemento esencialmente protector, solían tener muy pocos componentes textiles. Los más caros presentaban elaborados diseños y ornamentos.
- Kote. mangas/guantes hechas de cáñamo con placas de acero cosidas a la malla que protegían los antebrazos y las manos. Después del período Muromachi (1336-1573), fueron revestidos con cuero suave o damasco de seda.
- Sode. Hombrera hecha de cuero (sistema de cordones) generalmente para facilitar el movimiento.
- Haidate. Delantal bifurcado que cubría el muslo y se doblaba. Generalmente de cuero lacado o cáñamo o con cosidos de cota de malla. Se sujetaba a la cintura con un cordón de tela o se abrochaba por debajo de la pierna
- Kusazuri. Malla para proteger las caderas y las ingles. Solía tener placas de cuero cosidas a ella y se unía al do.
- Suneate. Varias tablillas de acero cosidas a la malla para proteger las espinillas.
Esta era la estructura más estándar y conocida en occidente, pero no debemos olvidar que el estilo y la composición de cada prenda fue evolucionando a medida que pasaban los siglos y se adaptaron y mejoraron sus materiales cada vez que surgía un avance tecnológico. Por ejemplo, en el s. X, la armadura del soldado de a pie se modificó para adaptarla a los samuráis a caballo con arco y flecha. La movilidad y las zonas más vulnerables de esta nueva armadura se estructuraban de distinta forma.
Los cambios no solo surgían por la necesidad de mejorar en el campo de batalla, también reflejaban tendencias sociales y económicas (las armaduras de los samuráis más ricos incluían accesorios exclusivos) así como los intercambios que se realizaban con países extranjeros. En el s. XVI, debido a la apertura de rutas comerciales con Portugal, Holanda y España, la armadura japonesa incorporó un nuevo material: la cota de malla.
Cambios como los mencionados previamente se produjeron incontables veces. Las armaduras eran pues, muy distintas entre sí dependiendo del rango, de la parte del territorio en la que se encontraban y de la época en la que se fabricaban, lo que sí persiste a lo largo del tiempo es la combinación armónica de materiales esencialmente duros (de protección) y blandos (flexibles) para que la armadura sea una coraza equilibrada y eficaz.