La histórica Embajada KEICHO

A principios del siglo XVII el emprendedor y visionario gran señor feudal DATE MASAMUNE, tras sufrir un terrible terremoto en sus tierras y consciente del aislamiento de Japón respecto a Europa, decidió organizar una gran expedición para establecer relaciones comerciales con España, la potencia mundial del momento, y un acuerdo religioso con el Vaticano.

Con estos objetivos, en 1613 parte de Japón el galeón Date Maru al mando del noble Samurái Hasekura Tsunenaga con destino a España. Se trataba de la potente Embajada Keicho, compuesta por decenas de comerciantes japoneses y 22 auténticos guerreros Samuráis. El primer gran encuentro oficial entre la cultura japonesa y la occidental.

En 1614 el galeón desembarcó en el puerto de Sevilla, recibidos efusivamente por miles de sevillanos y las principales autoridades de la ciudad, y se establecieron en la localidad cercana de Coria del Río. 

Después de tres años de encuentros y negociaciones al más alto nivel en Sevilla, Madrid y Barcelona, la embajada no consiguió sellar sus acuerdos comerciales con el rey Felipe III ni el acuerdo religioso con el Papa Paulo V, pero dejó una profunda huella. 

Un grupo de estos Samuráis, fascinados por la pasión, creatividad y calidez de los españoles, decidió permanecer en Coria del Río -los primeros “Samuráis Mediterráneos”- y su fructífera herencia son sus cientos de descendientes que comparten un mismo apellido: “Japón”.

Una fascinante historia que sale a la luz a principios de los años 90 y en la que queremos destacar la labor de la Asociación Hasekura de Coria del Río y la Asociación Wa Rei Ryu de Barcelona, que llevan varias décadas estudiando, documentando y difundiendo estos relevantes hechos históricos.

HASEKURA en Cataluña

La estancia y actividades de la Embajada Keichō en Coria del Río, Sevilla o Madrid han sido tratadas en profundidad por historiadores e investigadores en los últimos años. Sin embargo, sus obras apenas contienen una vaga descripción del paso de los embajadores por Cataluña en su camino hacia el Vaticano para encontrarse con el Papa Paulo V.

Por ello, Marcelo Japón y el proyecto cultural “Samuráis Mediterráneos” decidieron investigar en Cataluña y la ciudad japonesa de Sendai (origen de la Embajada Keicho) la información existente al respecto y encontraron dos fuentes muy valiosas. El libro del historiador Scipione Amati “HISTORIA DEL REGNO DI VOXU DEL GIAPONE” y el gran estudio de este libro que realizaron José Koichi Oizumi y Juan Gil en “Historia de la Embajada de Idate Masamune al Papa Paulo V”.

Esta es una breve síntesis del paso de Hasekura y su embajada de Samuráis por Cataluña en 1615.

Tras reunirse con el Rey de España Felipe III, la Embajada Keichō recibió el beneplácito de la corte para proseguir su viaje hasta Barcelona, desde donde Hasekura embarcaría hacia Roma para reunirse con el Papa Paulo V. La Embajada, tras visitar Zaragoza, llegó a Fraga en la frontera con Cataluña, donde les esperaba un destacamento de caballería para escoltar a los samuráis hasta la ciudad de Lérida. Una medida imprescindible dada la gran inseguridad de los caminos de Cataluña en esa época con muchos ladrones y bandoleros como Joan de Serrallonga.

En Lérida, una compañía de soldados a caballo aguardaba a Hasekura para escoltarle a Barcelona. Pero antes Hasekura solicitó visitar el famoso Monasterio de Montserrat que para el gran Samurái era equiparable al Gran Templo de Zuiganji, en Matsushima. Así se hizo y tras pasar por Igualada llegan a la “montaña sagrada”. La Embajada fue recibida con grandes honores por el Abad del monasterio y Hasekura, que fue alojado en el aposento real, pasó largas horas con el Abad y los monjes conociendo los secretos del Monasterio y su valiosa biblioteca.

Tras su estancia en Montserrat, Hasekura y su séquito parten hacia Barcelona y llegan a sus murallas un sábado por la tarde, donde les estaban esperando dos carrozas para conducirles a una casa noble situada en la Rambla y desde donde se observaba el puerto de la ciudad y “La avenida de la Marina” (el actual paseo Isabel II), muy frecuentado por la aristocracia barcelonesa.

Allí se informó a Hasekura que ya se habían iniciado las gestiones para poder viajar a el Vaticano como contactar con el Virrey de Cataluña. Hasekura y su séquito pasaron unos días en Barcelona visitando el convento de Jesús y sus famosos jardines, la Avenida de la Marina, La Casa de la Diputación y la “Iglesia Mayor” (actual catedral), mientras se finalizaban las gestiones para poder embarcar hacia Roma con los Diputados de Barcelona y el Consejo de la ciudad.

Inicialmente se les ofrecieron dos fragatas de Génova y un Bergantín de Barcelona para realizar la travesía, pero tras conocer Hasekura que dicho pasaje se retrasaría más de lo deseado, finalmente se determinó partir hacia Roma en “Falúas”. La travesía les llevó varios días e hicieron parada en lugares como Saint-Tropez, Génova y Cività Vecchia.

Si bien Cataluña no deja de ser una tierra de paso para aquellos samuráis en su camino a Roma, sin duda fue un episodio muy importante para Hasekura y su séquito conocer Cataluña y en particular el Monasterio de Montserrat y Barcelona. Una “conexión” que se ha prolongado y reforzado de forma muy relevante en la actualidad.

Allí se informó a Hasekura que ya se habían iniciado las gestiones para poder viajar a el Vaticano como contactar con el Virrey de Cataluña. Hasekura y su séquito pasaron unos días en Barcelona visitando el convento de Jesús y sus famosos jardines, la Avenida de la Marina, La Casa de la Diputación y la “Iglesia Mayor” (actual catedral), mientras se finalizaban las gestiones para poder embarcar hacia Roma con los Diputados de Barcelona y el Consejo de la ciudad.