El pasado lunes, Japón celebraba el Tsukimi, una tradición con más de mil años de antigüedad que consiste en contemplar la primera luna de otoño, considerada la más bella del año, para dar la bienvenida a la nueva estación. En este día, los japoneses se reúnen con la familia o con amigos para mirar al cielo nocturno y comer dulces tradiciones.
La tradición del Tsukimi, que literalmente significa “observar la luna”, tiene su origen en China. Durante el período de mayor florecimiento cultural y artístico de Japón, las clases altas, que admiraban e imitaban las costumbres imperiales del país vecino, adoptaron esta prácita. Con el paso de los siglos, la tradición también se extendió al resto de las clases sociales.
Como gran parte de las tradiciones de Japón, el origen de esta preciosa costumbre está relacionado con la agricultura. El tsukimi es una muestra de agradecimiento por la cosecha de arroz del verano, realizándose ofrendas de dulces tradicionales de arroz, sake, té verde y ornamentos y festejando la llegada del otoño.
Asociado al tsukimi, existe toda una constelación de creencias y folklore muy arraigados a la cultura tradicional de Japón. El día del tsukimi coincide con una mayor visión de la luna llena, dada la posición de la Tierra y el Sol, siendo posible contemplar sobre el satélite la silueta de un conejo amasando “mochi” con un gran martillo. Esta es la manera en la que los japoneses interpretan las manchas de la luna, y de aquí procede la conocida leyenda en Japón de que la luna está habitada por conejos.
Se trata, sin duda, de una las costumbres con mayor encanto de Japón, y uno de los momentos del año más esperados por los japoneses.