Muchos han sido los investigadores y estudiosas del campo de la historiografía que han intentado reconstruir la vida, el aspecto y las hazañas de personajes destacados, y el samurái Date Masamune no es una excepción.
La figura del daimyô no ha sido propiamente descrita como tal en muchos de los trabajos académicos que se han realizado alrededor de su más conocida hazaña: la embajada Keicho. El legado humano de la misión Hasekura de Ana Gallego es uno de los muchos trabajos que se realizaron sobre la embajada y el origen del apellido Japón en España.
Date Masamune vivió en una época conflictiva de la cual se recordarían mayoritaria y casi únicamente a “los tres grandes unificadores de Japón”, con lo cual toda figura no perteneciente a ese tridente pasaba a un segundo plano. Vivió el último aliento del período Azuchi-Momoyama (1568-1603) y el comienzo del periodo Edo (1603-1868).
Japón estuvo varios siglos sumido en continuas guerras entre los distintos feudos que conformaban la totalidad del territorio japonés con el fin de obtener más poder e influencia. Todos peleaban para ostentar la posición de más autoridad: la figura del Shogun, así que cuando por fin se consiguió unificar el territorio bajo una sola figura, los estudios y relatos de la época dejaron poco espacio a las figuras que vivieron coetáneas a estos acontecimientos. Este fue el caso de Date Masamune; vivió y peleó con Tokugawa Ieyasu, entre otros, pero sus iniciativas fueron relatadas con menos asiduidad y entusiasmo.
No siendo su biografía la más larga de la historia de Japón, sí es cierto que han llegado a nuestros días muchas anécdotas y descripciones tanto de su aspecto como de sus actividades como daimyô.
El clan Date fue fundado a inicios del período Kamakura (1185-1392) por Isa Tomomune, el apellido ‘Date’ lo obtuvieron posteriormente de la provincia Mutsu (actualmente prefecturas de Fukushima, Aomori, Miyagi e Iwate) que recibieron de Minamono no Yoritomo como recompensa por su participación y apoyo en las Guerras Genpei (1180-1185).
Date Masamune nació en el castillo Yonezawa y era el mayor de dos hermanos. A los 14 lideró su primera campaña con su padre contra el clan vecino Sôma y a los 18 heredó el feudo y se convirtió en daimyô. El primero de los aspectos que se destacan de su persona es la falta de un ojo, gracias a la cual recibiría sobrenombre de “Dragón de un solo ojo” o dokuganryū (独眼竜). A su aspecto físico le acompañaban varios signos distintivos como el casco en forma de luna
creciente. Éste se ha conservado a lo largo del tiempo y es un claro signo identificativo en personajes de ficción, videojuegos, anime, etc.
El joven daimyô es descrito en varias ocasiones como ‘frío’ o ‘rudo’ a la hora de ejecutar órdenes, y es que su ascenso no fue celebrado por todos, así que se hizo su lugar por la fuerza. En uno de los relatos del novelista Sōhachi Yamaoka (1907-1978), se describe como su madre intentó envenenarlo para que su hermano menor tomara posesión del feudo y acabara con las enemistades que Date Masamune estaba haciendo, y al enterarse mató a su propio hermano para establecerse como único sucesor del clan.
El señor feudal llamó la atención de Toyotomi Hideyoshi tras varias batallas muy sangrientas como la de Motomiya (1587) en la que Date hizo frente a los 30.000 hombres de Ashina contando tan solo con 7.000 en su bando. En 1590, Toyotomi le invitó a formar parte de su campaña contra el castillo de Odawara, perteneciente al clan Hôjô, y aunque se negara en un principio, acabó aceptando y sirvió a Toyotomi varios años. De sus servicios obtuvo el castillo de Iwatesawa, al que renombró como castillo de Iwadeyama.
Tras la muerte de Toyotomi Hideyoshi, el clan Date formó lazos familiares con Tokugawa Ieyasu, el primero de una larga estirpe de gobernadores. Casó a su hija con el sexto hijo de Tokugawa Ieyasu. Date colaboró en la batalla de Sekigahara en el año 1600 y sus servicios fueron nuevamente premiados, esta vez con el dominio Sendai. Date se convirtió con éste en uno de los daimyô más influyentes del país, por debajo claro está, del nuevo Shogun.
Ni el daimyô Date ni ningún otro recibieron una recompensa “equitativa” por la batalla tras la cual se instauró el nuevo Shogun. Es importante tener presente que la unificación del país no hubiera sido posible con la coexistencia de clanes (aliados o no) con una fuerza parecida a la de Tokugawa. Tokugawa Ieyasu debía tener bajo control el poder económico y las influencias de todos los que habían sido grandes señores feudales para evitar posibles revuelas.
Date Masamune es recordado como un daimyô rudo y cruel con grandes ambiciones e iniciativas propias para explotar el territorio y sacarle el máximo beneficio.
“Rudo y cruel” por las sangrientas batallas en las que tomó parte y por intentar crear un ambiente de normalidad y convivencia con el cristianismo cuando en realidad éste estaba siendo perseguido por todo el territorio. Date era consciente de la realidad a la que estaba siendo sometido el cristianismo en Japón y sabía de primera mano la intención del Shogun de prohibirlo, pero aun así decidió enviar una comitiva a cambio de favores comerciales. “Ambicioso”, en cuanto al potencial que visualizaba en las costas de Japón, y en especial, de Sendai. Es cierto que en sus dominios no perseguía a los visitantes ni a los comerciales que paraban en su territorio e intentó crear acuerdos comerciales con la iglesia católica y el vaticano. Tenía la convicción de que abriendo sus puertas al comercio internacional podría obtener grandes beneficios y siguiendo sus creencias, permitió la entrada de sacerdotes cristianos y el peregrinaje cristiano (hasta su terminante prohibición) y creó y financió la Embajada de Hasekura o Embajada Keicho, la cual viajaría hasta Roma pasando por Filipinas, Cuba y España.
Date Masamune guardó lealtad a Tokugawa hasta su muerte y él murió siendo respetado por sus dotes administrativas y estrategias militares.