Los tres samuráis más sonados de la historia son probablemente los mismos que trataron de unificar Japón durante el período Sengoku 戦国時代(1467-1591): Oda Nobunaga, Tokugawa Ieyasu y Toyotomi Hideyoshi.
Para entrar en contexto, todos estos personajes tenían como objetivo unificar Japón, ya que el período Sengoku se caracteriza por sus continuas guerras y su inestabilidad política. La figura del Shôgun pierde toda su credibilidad y poder, provocando que el territorio se divida en distintos han. Cada han estaba gobernado por un señor feudal, daimyô, que estaba en lucha constante para asegurar y expandir sus dominios.
Como primera aproximación a las tres primeras figuras que se tratarán en este artículo, este famoso senryû plasma las personalidades de estos tres guerreros:
¿Qué hacer si el pájaro no canta?
Nobunaga responde: “mátalo”
Hideyoshi responde: “haz que quiera cantar”
Ieyasu responde: “Espera”
Oda Nobunaga 織田 信長 (1534 – 1582)
Conocido por ser un gran guerrero y estratega, Nobunaga es recordado por poner en marcha el mecanismo que desencadenaría la reunificación de Japón y pondría fin al período Sengoku.
El clan de Oda era originario de la provincial Owari, hoy en día Prefectura de Aichi, y a principios del s. XVI, gracias a sus habilidades y a un golpe de suerte, lograron imponerse sobre los demás terratenientes de la zona.
Nobunaga heredó las tierras a los 19 años y, al contrario de lo que se espera de un señor feudal, era conocido como un joven extravagante y con el nombre de “baka dono”, “señor tonto”. Tan poco interés mostraba en tomar el control de su propio han, que su hermano trató de arrebatarle el puesto de jefe del clan.
No era ni temido ni respetado por sus vecinos, de entre los cuales destaca el poderoso daimyô Imagawa Yoshimoto, que dominaba la provincia de Suruga, Totomi y Mikawa y se interesó por los dominios del clan Oda. Oda Nobunaga combatió contra todo pronóstico contra Imagawa Yoshimoto, uno de los daimyô más poderosos de Japón, y le venció con tan solo 200 hombres y una oportuna tormenta en la batalla de Okehazama (1560). Tras esta victoria, pasó de ser el “señor tonto” a ser uno de los daimyô más prestigiosos y mejor situados geográficamente del país, ya que sus dominios se encontraban muy cerca de la capital del shôgunato Ashikaga.
Firmó numerosas alianzas para afianzar su posición, tomó el castillo de Inabayama y lo renombró “Castillo Gifu” en el 1567. Tras la muerte del Shôgun, firmó una alianza con uno de los posibles sucesores, Ashikaga Yoshiaki, de tal forma que cuando efectivamente éste ascendió, también pasó a controlarle. El señor de Owari ahora controlaba sus provincias y al propio Shôgun, pero precisamente por ese motivo, el nuevo Shôgun buscó alianzas externas como los monjes de Enryakuji del monte Hiei para descentralizar el poder del clan Oda y frenarle. En un primer momento, Oda Nobunaga exterminó a todos sus enemigos y prendió fuego a los monasterios del monte Hiei. Su excesiva crueldad generó desconfianza entre sus aliados provocando que algunos daimyô, como Takeda Shingen de la provincia de Kai, le traicionaran.
Oda Nobunaga consiguió poner fin al shôgunato Ashikaga tras apenas 30 años de mandato y conquistó tanto la capital, Kyoto, como el centro político-económico del país. Pasó a ser el Shôgun de facto, pese a que nunca ostentara el título oficialmente.
Su poder no decayó hasta el año 1582. Oda Nobunaga proseguía con su cometido de unificar el país, así que mandó a Toyotomi Hideyoshi a conquistar las tierras del clan Môri, al sud-oeste de la isla de Honshû. Hideyoshi tuvo dificultades para derrotar al enemigo así que Nobunaga decidió enviar a Akechi Mitsuhide en su ayuda, pero éste le traicionó y en vez de dirigirse al sud-este, atacó el castillo de Oda Nobunaga, mató a cinco de sus hijos, le obligó a cometer el harakiri y se autoproclamó Shôgun. Cuando la noticia llegó a oídos de Hideyoshi, se dirigió inmediatamente al castillo provocando la huída de Akechi Mitsuhide y asesinándolo 13 días más tarde. Finalmente, Hideyoshi tomó el mando del shôgunato y llevó a cabo las propuestas y los proyectos que Nobunaga había dejado inacabados.
Toyotomi Hideyoshi 豊臣秀吉 (1537-1598)
Se conocen pocos detalles sobre sus orígenes antes de que entrara a servir al clan Oda a excepción de que nació plebeyo y de que a lo largo de su juventud recibió burlas como “saru”, “mono”.
El caso de Hideyoshi es singular, ya que su excepcional inteligencia y sus artimañas le hicieron escalar posiciones hasta llegar a ser proclamado daimyô por el mismo Oda Nobunaga, quién premió su estrategia militar en la batalla de Anegawa (1570).
Tras la muerte de Oda Nobunaga, el clan Oda se dividió entre los generales y Hideyoshi y el general Shibata Katsuie se enzarzaron en una batalla para decidir quién sería el próximo Shôgun. Hideyoshi salió victorioso y procedió a consolidar su poder en la ciudad de Ôsaka.
Aquí entra en juego Tokugawa Ieyasu, pues éste quería que el próximo Shôgun fuera uno de los descendientes de Oda Nobunaga. Quiso tomar el control sobre las tierras de Owari, pero su ejército fue vencido por Hideyoshi y a Ieyasu no le quedó más remedio que convertirse en su vasallo.
Así pues, Hideyoshi se convirtió en Kanpaku (regente imperial, aunque su objetivo final era convertirse en Shôgun) y se aseguró de que los poderosos clanes Môri y Uesugi, situados al sur y al norte de Japón, le fueran a prestar su apoyo. Las únicas regiones que escapaban su mando eran Kyûshû y Kantô.
Para el año 1591 ya había conseguido el control sobre todo el territorio. Japón había sido unificado bajo el mandato del kanpaku Toyotomi Hideyoshi y concluía así el período Sengoku. Aunque Japón ya había sido unificado, su ambición territorial no terminó aquí. Mandó varias expediciones a Corea para conseguir ampliar el territorio nipón siendo China su objetivo final. Murió antes de ver cumplido sus sueños de ser Shôgun por no haber nacido en el poso de una familia noble y sin someter a China. Poco antes de fallecer, creó un consejo de sabios formado por los cinco ancianos más capaces y en quién más confiaba (go-tairô) para encargarles la administración del territorio hasta que su hijo, Hideyori, fuera mayor de edad. El más destacado de estos cinco consejeros fue Tokugawa Ieyasu.
Tokugawa Ieyeasu 徳川 家康 (1543-1616)
A principios del s. XVI, el clan Tokugawa dominaba la provincia de Mikawa pero tras la lucha contra los Imagawa, cedieron el control sobre el territorio.
Cuando Oda Nobunaga se alzó victorioso contra Yoshimoto, Ieyasu ya se había convertido en el cabeza de familia y en alguien cercano a Oda Nobunaga, por lo que recuperó y amplió los territorios que su clan poseía. Una vez fue asesinado, Tokugawa fracasó en su intento de tomar el puesto de Shôgun en un primer momento, pero aun así optó por no tomar parte en los conflictos que sucedían en las islas Shikoku y Kyûshû hasta el 1590 cuando se enfrentó al clan Hôjô. Tras la batalla, Tokugawa instauró su capital en Edo, la actual Tôkyô, y la convirtió en una de las capitales más poderosas. Re-clasificó a sus vasallos en: daimyô, hatamoto y gokenin; que equivaldría a clase ‘alta’, ‘media’ e ‘inferior’, respectivamente.
A la clase superior les otorgó el control de los castillos del clan Hôjô, la clase media fue dispuesta en las zonas periféricas y la inferior en sus dominios directos. Con la excusa de mantener este nuevo orden interno, el clan Tokugawa no participó en la Guerra de Corea. Esta abstención en la guerra, además de evitar pérdidas humanas y económicas innecesarias, favoreció el poder e influencia económica del clan Tokugawa tanto en su territorio como en toda la zona nororiental del territorio. También obtuvo la confianza de varios señores feudales cuyo objetivo principal era la estabilización de sus han.
Así pues, Edo pasó a ser un importante centro comercial, tanto fue así que al fallecer Toyotomi Taikô en el 1598, Tokugawa Ieyasu era el daimyô con más poder acumulado de los cinco sabios que formaban el consejo de Go-tairô. De los cinco candidatos a heredar el título se Shôgun, Tokugawa junto con sus aliados se embarcaron y vencieron en la batalla de Sekigahara contra los aliados de Toyotomi en el año 1600. La familia principal y las ramas familiares Tokugawa pasaron a tener el control de una cuarta parte del territorio nipón.
Tokugawa Ieyasu consiguió el título de Shôgun el 1603, pero la existencia del clan Toyotomi desestabilizaba el poder y se arriesgaba a sufrir un golpe de estado en cualquier momento, así que en el año 1611 publicó un decreto en el cual obligaba a todos los daimyôs a jurarle lealtad sabiendo que el clan Toyotomi no lo aceptaría. Así pues, el clan Toyotomi y Tokugawa se enfrentaron en las batallas de 1614 y 1615 afianzando así el liderazgo absoluto del clan Tokugawa.
Para evitar que otros daimyôs se alzaran contra su gobierno como los Toyotomi, Tokugawa ideó varias reformas territoriales y redujo el número de fortalezas que cada daimyô debía poseer. Otra de las medidas que tomó fue prohibir los matrimonios y la construcción de castillos sin la aprobación del Shôgun para evitar alianzas en su contra.
Tokugawa Ieyasu murió en el 1616 a la edad de 73 años instaurando un régimen que duraría 250 años.
Date Masamune 伊達 政宗 (1567-1636)
El clan Date se fundó a principios del período Kamakura (1185-1333) y acabó controlando la región de Tôhoku, norte de Japón, desde finales del s. XVI hasta el período Edo. El apellido Date lo recibieron por la región que el primer Shôgun del período Kamakura Minamoto no Yoritomo (1147-1199) les otorgó por su apoyo en las Guerras Genpei (1180-1185).
Date Masamune es el daimyô más conocido actualmente. Nació en el castillo de la actual prefectura de Yamagata y lideró su primera campaña con tan solo 14 años y heredó el título de daimyô a los 17 tras la muerte de su padre. Perdió un ojo de muy pequeño por culpa de la viruela, por lo que se le apodó “dragón de un ojo” o dokuganryû (独眼 竜) y se le identificaba por una gran luna creciente en su casco.
Se unió a Toyotomi Hideyoshi tanto en las batallas por la unificación del territorio de 1590 como en las campañas en Corea y, tras su muerte, se alió con Tokugawa Ieyasu. Peleó junto al clan Tokugawa en varias ocasiones como en la batalla de Sekigahara (1600).
En el 1604, Date Masamune fundó la ciudad de Sendai y menos de una década después, mandó un barco de estilo Occidental (conocido como el “Date Maru” (伊達 丸) a Méjico.
Era respetado por su ética y una de sus citas más famosas es: «La rectitud llevada al exceso se endurece en rigidez; la benevolencia complacida sin medida se hunde en la debilidad».
Pese a que su relevancia histórica no iguala a los tres samuráis mencionados previamente, su figura está muy presente en el panorama japonés actual: aparece en dramas históricos, anime, videojuegos, etc.